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TEMAS DE INTERÉS
Como prevenir el bullying En la familia La familia es la principal fuente de amor y educación de los niños; a partir de ella el niño aprende a socializarse basado en lo valores, normas y comportamientos enseñados en casa; evitemos que nuestro hogar se convierta en un escenario hostil o por el contrario demasiado permisivo, tenga por seguro que esto siempre llevará a que los niños adquieran conductas agresivas. Otro papel de la familia es estar informada constantemente, hay cursos en donde se orienta a los padres sobre como mantener alejados a sus hijos del bullying; éstos se basan normalmente en el amor y la comunicación entre padres e hijos, la observación para detectar inmediatamente cualquier conducta anormal en el chico, estar al pendiente de las actividades de su hijo, la existencia de límites y normas, asi como el vigilar que se cumplan. Estos cursos le dan atención especial a la inteligencia emocional, es decir enseñan a los padres como ayudarle a sus hijos a controlar sus emociones y comportamientos hacia los demás de tal manera que puedan convivir sanamente. En la escuela La disciplina que se mantenga en el salón y la escuela en general es fundamental para la construcción de una buena conducta. Es importante la supervisión de los alumnos dentro y fuera de los salones, en los patios, baños, comedores, etc. Establecer claramente las reglas de la escuela y las acciones que se tomarán en conductas como el bullying. Actuar rápido, directa y contundentemente en el caso de que se presente alguna sospecha de acoso escolar. La escuela debe estar abierta a las quejas y sugerencias del alumnado y padres de familia, se sugiere la colocación de un buzón. Realizar cursos o conferencias para padres y maestros donde se puedas tratar temas como el bullying. Adicionar o reforzar el tema de educación en los valores en el curso de los estudiantes. Los maestros pueden apoyarse en los alumnos para identificar casos de acoso, deben ser muy inteligentes y saber quien puede darles información valiosa. Instituciones gubernamentales Asi como existen líneas gratuitas para hablar o preguntar sobre métodos anticonceptivos, depresión, el sida, alcoholismo, etc, deben haber líneas abiertas para que los niños puedan hablar y denunciar conflictos que viven dentro y fuera del hogar. Debe haber mayores campañas para informar a los padres sobre esta situación , la forma en que puede detectarse, tratarse y prevenirse. Medios de comunicación y sociedad en general Los niños son muy dados a ver programas de acción y violencia y aunque no lo creamos éstos influyen demasiado en su comportamiento. Los medios masivos de comunicación deben ser más concientes de ello y controlar más los contenidos que emiten o publican. La sociedad en general también puede ayudar a prevenir y atacar el acoso entre los niños, vigilando y no dejando pasar este tipo de suituaciones porque pensamos se trata de una simple broma. Cuando un niño se burla, amenaza o pega a otro niño, se debe intervenir para que eso no se repita__________________________________________________________________________________
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Cómo motivar a los hijos a que practiquen el Tae-kwon-do
Para que el niño disfrute y aprenda bien las técnicas de Tae-Kwon-Do es necesario que cuente con la comprensión y el ánimo de sus padres. Yolanda Ubero explica: "Desde mi punto de vista, el principal consejo que doy a los padres es que tengan tranquilidad y que no tengan prisa a la hora de ver resultados, ya que el aprendizaje del tae-kwon-do es muy técnico y necesita de mucho tiempo hasta poder ver una progresión. Por eso debemos motivar a nuestros hijos y no desalentarles con posibles comparaciones, ya que en la actividad del tae-kwon-do crecerán en un ambiente sano y deportivo".
Normas del Tae-Kwon-Do para los niños en la casa
Es muy importante que los niños lleven y practiquen en casa algunas de las reglas que aprenden durante las clases del Tae-Kwon-Do. Y más importante aún es que los padres les ayuden a cumplirlas.
1. Deben mostrar respeto a sus padres y sus familiares en todo momento.
2. Deben saludar a sus padres cuando ellos entran en la casa y decirles adiós cuando se marchan. 3. Deben ser sinceros en todo momento. 4. Deben mantener una buena relación con sus hermanos y hermanas. 5. Deben ayudar con los quehaceres de la casa. 6. Deben mantener sus cuartos limpios, recogidos, y ordenados. 7. Deben mantener su cuerpo, cabello y dientes limpios todo el tiempo. 8. No deben interrumpir las conversaciones de los adultos. 9. Deberán estudiar sus tareas tanto en la escuela como en la casa. 10. Deberán mostrar respeto a sus instructores y compañeros todo el tiempo.on-do para los niños El Tae-Kwon-do ofrece beneficios físicos y espirituales
Tratándose de niños, los padres pueden tener razones de sobra para que lleve a sus hijos a practicaren el tae-kwon-do. Son muchos los beneficios que ofrece este deporte.
Físicamente hablando, el tae-kwon-do desarrolla al máximo todas las capacidades propias del cuerpo: fuerza, elasticidad, resistencia, integración (adaptabilidad) en cualquier medio en el que se desenvuelva su actividad, así como un desarrollo armónico y funcional de todo su organismo. Espiritualmente, este deporte adiestra a sus practicantes a preservar en sus objetivos y a inculcar educación y compañerismo. Los niños aprenden a respetar tanto el entrenador como a sus compañeros. Contribución del Tae-kwon-do en el proceso formativo de los niños y niñas
1- Ejercita la concentración y la disciplina, creando hábitos que ayudarán al niño en sus estudios y tareas.
2- Genera el respeto y educación, haciendo con que el niño/a sea más comprensivo, tenga mejor control personal, y cree actitudes positivas hacia los demás. 3- La conquista de la confianza y seguridad en sí mismo hará con que el niño/a se sienta seguro y con confianza de sus posibilidades en distintas situaciones de su vida cotidiana. 4- Mejora de su forma física, ofreciendo a su cuerpo resistencia, incremento de energía, estímulos, flexibilidad, reflejos y motricidad, que mejorarán su estado físico y favorecerán a su desarrollo. El Tae-kwon-do en la infancia
Cuando el niño puede empezar en el Tae-kwon-do
El Tae-kwon-do es uno de los deportes que más puede contribuir en el proceso formativo del niño/a, pues desarrolla tanto su estado físico como emocional favoreciendo considerablemente su rendimiento escolar y su relación los demás.
Es recomendable que sea a partir de los 4 años de edad cuando un niño o niña ingrese a las clases de Tae-kwon-do. La introducción de este deporte a esta edad sigue un trabajo de recreación en el que se pretende que el niño/a tome contacto con la actividad mediante el juego. El principal objetivo es que el niño lo pase bien en unas condiciones de ambiente divertido y atrayente. La vestimenta aconsejada para la clase es el traje blanco (Dobok) y un cinturón (Ti). Para la practica del combate es necesario llevar protecciones como casco, peto, tibiales, antebrazos, y coquilla. Clase de Tae-kwon-do para niños
Las clases de Tae-Kwon-Do suelen ser de cuarenta y cinco minutos a una hora, dependiendo de la edad del niño/a. De una forma general, las clases son organizadas de la siguiente forma:
Comienzan con un rato de meditación, después de calentamiento, estiramiento y los trabajos técnicos. Trabajo físico: se desarrollan todas las aptitudes físicas del niño/a mediante juegos. Trabajo técnico: es la parte donde el niño/a toma por primera vez contacto con ejercicios técnicos (también mediante juegos), ejercicios de saltos, combates sin contactos, técnica libre, etc. Se realizan exámenes prácticos, en los que los practicantes de este deporte demuestra lo aprendido, mediante ejercicios de piernas, brazos, saltos, y ejercicios combinados.
Combatir la pereza de los hijos, tarea de los padres Dr. Félix E. F. Larocca Comentar este trabajoVer trabajos relacionados
Temas de la niñez
¿Por qué "ganan" siempre los hijos? Hijos desmotivados y perezosos: ¿es normal? Llegan las notas escolares Bibliografía Temas de la niñez. Combatir la desaplicación de los hijos: tarea ardua para los padres
En un momento en que diversas organizaciones internacionales hacen esfuerzos para que el mundo se sensibilice sobre el problema de la explotación que sufren 250 millones de niños en el mundo, parece poco oportuno reflexionar sobre la explotación que ejercen los hijos sobre los padres en nuestra sociedad occidental. Pero esta tiranía de los hijos es realidad y merece un somero análisis. Muchos niños abusan de sus padres, y esta situación no es fruto de la casualidad. Aprenden, desde la más tierna infancia --- aprenden a mandar.
Amo y señor
El "rey de la casa" tantea desde la cuna cómo atraer, controlar y subyugar a los adultos. Después, con los primeros pasos, al dominar más espacio vital, establece el perímetro de su poder --- hasta dónde su padre o madre le permiten actuar.
Más adelante, con tres o cuatro años, aparecen las primeras rebeldías --- la "edad de la primera terquedad". Se desencadenarán fuertes tensiones, en forma de rabietas, testarudez y pataleos. Es la edad cuando el niño comenzará a usar la bacinilla y, comprendiendo que a sus padres los altera cuando no lo hace; prefiere ensuciarse en sí mismo para demostrar su control sobre su cuerpo, sus funciones, su entorno y, últimamente sobre los padres.
Todo ello con la finalidad de mantener su estatus, de seguir mandando y conseguir sus propósitos. Y la "madre de todas las batallas" se librará al comenzar la pubertad y durará hasta... que Dios lo permita y desee.
Porque la emancipación depende de muchos factores. Y de la propia evolución de jóvenes y padres, ya que cada vez los hijos se independizan del mantenimiento de los padres más tardíamente. Creando una situación, a veces, desagradable y mutuamente hostil.
¿Por qué "ganan" siempre los hijos?
Lo primero que hay que preguntarnos a nosotros mismos es ¿el por qué de estas luchas? Ya que se libra entre seres que son tan dependientes, como son los hijos y otros que todo lo controlan, como son los padres --- luchas que, de no ser tan comunes; serían ilógicas.
La lucha es resultado de la preeminencia que hemos dado a la niñez desde el comienzo del siglo XX, cuando la descubriéramos, como hoy existe. Para rescatar al niño de su posición subordinada en la tribu, sustituyéndola por una de privilegios y poderes incomparables y, para ellos conflictivos --- ya que, entendiendo sus debilidades --- no pueden comprender el poder que se les otorga.
Lo que engendra ansiedades inmensas.
La primera pregunta a responder es por qué esta lucha por el poder, entre padres e hijos, la ganan casi siempre los hijos. Probablemente, el argumento principal son los padres permisivos, temerosos de frustrar al hijo, de "crearle traumas".
Son, además, numerosos los padres y madres con pocas ganas de complicarse la vida.
"Dale lo que quiera y que se calle la boca".
Hay muchas rabietas infantiles que se desarrollan en escenarios públicos y ante personas ajenas a la familia. El niño sabe que tiene todas las de ganar porque es consciente de que sus padres tienen miedo a "montar el espectáculo" frente a los demás. Que, soslayan su autoridad prefieren no ejercerla, si ello implica aparentar autoritarismo o violencia. O peor, crear desazón en los niños, o la necesidad de prolijas explicaciones --- ya que niños de padres débiles demandan que todo se les explique --- como deber de los padres.
Las concesiones se hacen por diversas razones. No es la menos importante la del afán de que al niño no le falte de nada --- nacido con frecuencia en las insatisfacciones (materiales y de afecto) que, los hoy padres, creen haber padecido en su propia infancia.
Algunos sufren un síndrome, o una necesidad de compensar su pasado; lo que satisfacen dando al niño todo lo que no tuvieran.
Los hijos únicos, hace tan sólo una generación, eran cosa rara, mientras que hoy constituyen casi la norma en los Estados Unidos. Así, las atenciones que hoy reciben los hijos, por simple aritmética, son mucho mayores que las que tuvieron quienes hoy son progenitores.
Hijos desmotivados y perezosos: ¿es normal?
Los pequeños captan nítidamente la debilidad de sus padres y se aprovechan de ella para salirse con la suya y explotarlos. Los perjuicios de esta actitud tan condescendiente son muchos y graves. En la medida en que las condiciones sociales y económicas han mejorado y aumenta el número de necesidades satisfechas, desciende el índice de motivación. No nos extrañemos que uno de los principales frenos a la emancipación juvenil sea precisamente la pereza, la falta de alicientes y de autonomía personal en la toma de decisiones de que adolecen algunos jóvenes. Si les acostumbramos a dárselo todo fácilmente, a pensar por ellos en las circunstancias problemáticas, y que los saquemos de sus líos --- no es razonable pedirles que maduren.
El exceso de protección paternal en la infancia y adolescencia es uno de los motivos más frecuentes de desórdenes psicológicos cuando se alcanza la edad adulta, no hay más que leer las investigaciones que nos indican los problemas que esperan a niños que crecen sin controles ni responsabilidades.
Para complicarlo todo aún más. Nuestros niños exigen que se les satisfaga sus placeres hedonistas de modo inmediato --- la comida sabrosa, acoplada con la devoción a la TV y los juegos que se asocian a ésta nos ha dado el niño y la niña gorda.
Hoy, por otro lado, resulta difícil hacer un regalo a un niño porque se comprueba --- a veces con orgullo --- que "nada le falta". El sentido del esfuerzo, la motivación por el éxito y el espíritu de sacrificio para conseguir las metas, que son valores que tradicionalmente empujan a las sociedades o ambientes humanos con necesidades apremiantes --- desaparecen cuando el consumo se convierte en simbólico.
Cuando lo que importa no es satisfacer necesidades, sino estar a la altura de lo que creemos que nos exige nuestro tipo de vida y estatus social.
Llegan las notas escolares
Los niños que han aprendido a conseguirlo casi todo sin más esfuerzo que pedirlo marrulleramente a su padres, están desmotivados, y su capacidad de trabajo muy probablemente --- y, no lo olvidemos, su autoestima --- es, o será en un futuro, muy tenue. El fruto de éstas --- inicialmente confortables --- relaciones con los hijos, lo recogen los adultos en circunstancias muy concretas en las que se esperan los resultados del esfuerzo: "Pero, ¿cómo no van a responder, después del sacrificio que hacemos para darles todo lo que nos piden?"
Pero, responder, no lo hacen…
Para ellos, el sacrifico de los padres es una obligación, por los padres contraída, para hacerlos felices.
Son momentos precisos, como las notas de fin de curso cuando las crisis explotan. Es entonces cuando deseamos que los hijos sean más sacrificados, menos vagos, que tengan más ilusión por destacar, por cumplir con lo que se les exige: al menos, pasar de curso con notas aceptables. Que sean más conscientes, más responsables. Como si el espíritu de sacrificio y la madurez fueran algo genético. Pero siempre se puede hacer algo. Recordemos, que en el futuro, que nos lo agradecerán. Porque, con negativas que hoy les parecen crueles e infundadas, les estamos ayudando a desenvolverse por sí mismos. Y ese el mejor regalo que los padres pueden hacer a sus hijos.
De cómo asistir a los hijos en ser más industriosos:
Piense, que un lugar en el Infierno de Dante, deberá ser reservado para los padres indulgentes y débiles. Los que así lo son en nombre del cariño que (dicen) profesar por sus hijos.
"Tener hijos no lo convierte a uno en padre,del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve a uno pianista". Michael Levine |
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